La sabiduría de los idiotas. Héctor D’Alessandro
Recuerdo un cuento de Idries Shah de “La sabiduria de los idiotas”. Trataba de un estudiante del camino interior que se instalaba a aprender con un maestro muy reconocido. Tras mucho tiempo estudiando y conviviendo, el alumno, que tenía una visión externa de los asuntos espirituales, llega a la conclusión de que la clave de toda la sabiduría del maestro radicaba en un instrumento, creo que era un martillo, con el que trabajaba a diario. Se lo roba y huye.
Pasado un tiempo regresa y devuelve aquel instrumento robado. En el acto mismo de la devolución radica la metáfora y el acto de sabiduría; el reconocimiento del error que te arranca del error.
En una tradición externa tipo Esopo, resultaría fácil decir ahora que todo idiota confunde el tocino con la velocidad y otras cosas de esas tan del tipo Sancho Panza, pero el caso es que para ser sabio, en el caso de este relato iluminador que te arranca de la somnolencia y las nubes de la inconsciencia y el adormecimiento, hay que haber sido idiota. Bien idiota, nada más que idiota, solamente idiota y que cuando ibas por la calle te gritaran ¡idiota! Con todas las letras y bien clarito.
Pónganse usted en ese sitio por un instante; qué fuerte ¿eh? Bien, es un decir.
De idiota, claro.
Sufi, sabiduria de los idiotas, d'alessandro, psicocuantico, literatura liquida, Idries Shah
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