Todos los hombres de la guerra. Héctor D’Alessandro
Recorre el suntuoso palacio arriba y abajo Héctor, caro a Zeus, en busca de Alejandro. ¿Qué estará haciendo en esta hora trágica este desgraciado?
Al fin lo encuentra, Alejandro está acicalando sus armas y sus escudos y su loriga. Helena está entregada a labores cosméticas en compañía de sus esclavas.
¡Desgraciado! le dice y agrega que no es justo que otros mueran por él mientras está aquí sin ir al frente.
Alejandro se justifica y manifiesta su deseo de volver al combate rápidamente. ¡Mira que casualidad, justo es lo que ahora mismo estaba pensando!
Aclara, sin embargo, no estaba aquí por encontrarse airado o resentido con los troyanos.
No, más lo está porque deseaba entregarse el dolor.
Sí, el guerrero troyano tiene en su protocolo de tal un momento para entregarlo y entregarse en brazos del dolor. La guerra como terapéutica.
Episteme: D'Alessandro, Homero, Ilíada, Psicocuántico, Literatura líquida
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