Emociones chinas. Sobre Jesús Ferrero. Paul Kaimán.
Un día de 1984 llegó a mis manos un libro extraño, “Belver Yin”, de Jesús Ferrero. Lo leí inmediatamente. La edición, de Bruguera, Narradores de hoy, tenía una foto del autor con sombrero y decía que era natural de Zamora. Yo confiaba en aquel sello, había leído en él a Mishima y a Lowry por primera vez en mi vida. Pero la conmoción de leer aquella extraña y delicada novela cruel con el incesto como maravilloso leitmotiv me hizo pensar muchas cosas y algo que nunca olvidaré fue que pensé: “España ha cambiado, ha entrado de golpe en la modernidad. Ahora se puede ir a vivir allí y me dije que en algún momento de mi vida viviría en España”. Pensé también que, con el tiempo, aquella novela significaría una ruptura tan radical a nivel local como en su día lo significó la obra de Borges a nivel universal. Y no me equivoqué, diez años más tarde de la publicación de la novela una revista sacó un ejemplar monográfico. Decenas y decenas de páginas dedicadas a un libro, sólo a un libro, indican que claramente aquel tocó fibras profundas de la literatura y cumplió una función trascendente en la historia literaria.
Una novela ambientada en Macao me condujo a vivir en España; la literatura, aunque parezca que habla de una cosa, siempre está hablando de otras y los más conscientes, –como el extraordinario Jesús Ferrero– no sólo lo saben, sino que por suerte insisten.
Paul Kaimán.
Episteme: Belver YIn, Jesús Ferrero, Hector D'Alessandro, Emociones chinas, Psicocuantico, literatura liquida, Paul Kaiman
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