sábado, 24 de septiembre de 2011

La hipnosis colectiva llamada lenguaje. Héctor D'Alessandro

Algo tan sencillo como despedirse de alguien con ese extraño y consabido saludo español de "¡Cuídate!", implica un grado de intromisión en la conciencia del otro que activa heridas antiquísimas. Luego la gente dice que vive "despierta", no sé a qué cosa le llaman despertar. En el cuídate hay varias suposiciones espúreas y dañinas. 1. Que tu sabes algo del otro que el otro no sabe: que debe cuidarse. Con lo cual te estas poniendo por encima de esa persona. 2. Que debe cuidarse, con lo cual de alguna manera estás manipulando, dominando e induciendo miedo. ¿De qué debo cuidarme? 3. Que el otro hasta ahora no sé cuida o al menos no tanto como debiera, esto además se enfatiza mucho en el tono. Con lo cual le haces creer que está haciendo algo mal. E invalidas su estilo de vida.
Siempre recuerdo la primera vez que una persona me lo dijo, la hice bajar del taxi donde acaba de subirse y le dije "Antes de irte explícame qué quieres decir con eso. Yo no necesito cuidarme de nada, ahora si tu sabes que deba cuidarme de algo que me amenace, explícamelo". Lo único que se le ocurrió fue decirme "Dios, cómo eres". "Soy una persona que se cuida mucho, sobre todo de las maldiciones lingüísticas que los semejantes nos echan a diario de modo inconsciente". 

¿Aún pretenden creer que están en un mundo consciente y que están despiertos?
Un beso, en la boca.
Héctor D'Alessandro

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