Una de mis mejores amigas murió y yo no estaba, me desperté agitado y sudando en pleno invierno y sentía como si un gas se escapara de mi pecho y ella se alejaba y me decía con un encogimiento de hombros que ya estaba que se iba que ya estaba,entonces yo me levanté y llamé al médico con el cual yo trabajaba en aquella época como asistente y aprendiz suyo y le conté el sueño. Él me dijo: "se ha despedido, seguro que ya se fue. ha venido a despedirse".
cuando colgué el teléfono sonó el timbre y vinieron a decir que habia muerto a la hora que yo soñaba.
Héctor D'Alessandro
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