Durante unos cuatro años trabajé en áreas sociales, enfocando desde varias disciplinas: hacía investigación social, recopilación de historias, reconstrucción de historias de vida, construcción de narraciones y ensayos que hacían de alguna manera una cierta propedéutica y proponían alternativas cada vez más desencantadas.
Cierto día me dije a mí mismo que no podía continuar dado que veía que que la especialización en un área problemática implicaba en buena medida mantener el problema bien vivo y regarlo cada día para tener de dónde recursos económicos.
Así desilusionado como estaba, me levanté del escritorio en que estaba trabajando y salí a la calle y continué caminando y nunca volví a las ciencias sociales; me regía a rajatabla por aquello de que si los resultados de mi propia indagación me conducen a demoler mis propias estructuras mentales, no me voy a detener. Y no lo hice.
Héctor D'Alessandro
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