El alumno zen le preguntaba a su maestro durante la comida una y otra vez ¿cuál es el gran secreto del zen, cual es el gran secreto del zen?
Al fin, éste le responde: ¿Has acabado ya de comer?
"Sí,sí", responde entusiasta el alumno.
"Lava entonces tu escudilla", le contesta el maestro.
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