A poco de andar por el mundo uno se sorprende ante la capacidad de utilizar el sobreentendido (a veces en varios niveles simultáneos), la ironía y el sarcasmo por parte de esos habitantes de una sola nación convertida en dos estados por Inglaterra que constituyen los habitantes del río de la Plata; creo que en esa capacidad -que es un indicador- radica que nos pregunten con admiración acerca de nuestros sistemas educativos con frecuencia. La ironía y los otros procedimientos están considerados como procedimientos de los más elevados para considerar la inteligencia de una obra o del discurso de una persona; no es casual que el humor inglés esté basado en la ironía; el problema sin embargo de un uso a veces embriagador de estos procedimientos redunda en un alejamiento casi total de los propios deseos y los propios objetivos y de ahí se derivan a veces muchas situaciones sin salida, porque no pueden ser pensadas.
Héctor D'Alessandro
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