"La tristeza para los chamanes no es personal. Es una ola de energía que llega desde lo profundo del cosmos y golpea a los chamanes cuando están receptivos, cuando son como radios, capaces de atraer las ondas.
Los chamanes de tiempos antiguos creían que había tristeza en el universo, como una fuerza, una condición como la luz, como el intento, y esa fuerza perenne actúa, sobre todo en los chamanes porque no tienen escudos de defensa. Ya no pueden esconderse detrás de sus amigos o de sus distintas actividades. Ya no pueden esconderse detrás del amor o del odio, o la felicidad, o la desgracia. No pueden esconderse detrás de nada".
Carlos Castaneda
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