Niño oyendo cosas que no entiende. Aprendizaje I.
Héctor D'Alessandro
Mi padre recibía uno y otro día a la hora de comer
esa acusación poco noble de "minettero",
"chupaconchas": un gran activo placentero
me parecía todo aquello en la cuenta del joder.
Mi madre lo miraba con una cara de temer
como si se tratara del sucio verdulero
que le vaciaba la plata de su monedero
trampeandola en el peso de las cosas de comer
Mi corazón de niño tomaba decisiones
conocer la vida, y no parar de comer coño,
alejarme de ellos, vivir miles de visiones.
Si "eso" los hace enojarse y andar dando tropezones
entonces, yo calculo, y nada tengo de ñoño,
que ha de ser mas rico que comerse unos melones.
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