domingo, 29 de septiembre de 2013

Esta niña es una putita. Richard Bandler

Un padre literalmente arrastró a su hija a verme, torciéndole el brazo tras la espalda, la empujó a una silla y gruño: "Siéntate".
-¿Pasa algo?, pregunté.
-Esta niña es una putita.
-No necesito una, ¿para qué me la trae?
Esa sí que fue una interrupción inductora de trance. Esas primeras frases son mis favoritas; uno le puede freir los sesos a alguien con una réplica como esa. Formúlenle una pregunta similar después, y nunca podrá volver a donde estaba.
-No, no. Eso no es lo que estoy diciendo...
-¿Quién es esta chica?
-Mi hija.
-¿Usted convirtió a su hija en una puta?
-¡No, no! Usted no me entiende...
-¡Y usted me la está ofreciendo a mi1 ¡Qué asqueroso!
-¡No, no, no! Usted me ha entendido mal.
 Este hombre que llegó gritando y amenazando, ahora ruega que yo le entienda. Ha girado totalmente desde atacar a su hija a defenderse a sí mismo. Mientras, la hija casi reventaba de la risa. Pensó que era maravilloso.
-Bueno, explíquese entonces.
-Tan sólo creo que todas estas cosas horribles le van a suceder.
-Bueno, si le enseña usted esa profesión, seguramente le sucederán.
-No, no, mire, es que...
-Bueno, ¿qué es lo que quiere que yo haga? ¿Qué es lo que usted quiere?
Entonces comenzó a describir todas las cosas que él quería. Cuando terminó, le dije: "Usted la trajo acá torciéndole el brazo y la tiró al asiento. Así exactamente se trata a las prostitutas; usted la está entrenando profesionalmente para eso".
-Bueno, yo quería obligarla...
-¡Oh! Obligarla, enseárle que los hombres controlan a las mujeres empujándolas, mandándolas, torciéndoles los brazos tras la espada, forzándolas a aactuar contra su voluntad. Así operan los proxenetas. Lo único que le faltaes cobrar dinero por ello.
-No, eso no es lo que ha sucedido. Se ha acostado con su "novio".
-¿Le cobró? ¿Lo ama?
-Es demasiado joven para amar.
-¿No lo amaba ella a usted cuandro era una niñita? 
Proyecté la imagen de ella cuando niñita, sentada en las rodillas de papá. Casi siempre puede uno convencer a viejos gruñones con esa imagen.
-Déjeme preguntarle algo. Mire a su hija... ¿No desea usted que ella sea capaz de amar y de gozar del sexo? La moral del mundo ha cambiado yeso no tiene porqué gustarle a usted. Pero, ¿le gustaría que la única manera de interactuar con hombres que ella aprendiera fuese la manera como usted la trajo aca hace unos momentos? Y que ella esperara a cumplir lo ventiún años y se casara con alguien que le pegara, la empujara,abusara de ella y  la obligara a moverse contra su voluntad?
- Pero puede equivocarse, y eso la herirá.
-Es posible. En dos años más ese tipo puede botarla como a una piedra caliente y marcharse. Y cuando se sienta mal y sola...no tendrá donde ir, pues lo odiará a usted. Si llegase a volver a su casa, usted le diría: "Te lo advertí".
  Incluso si ella se las arrega por sí sola y encuentra a otra paersona y establece una verdadeera relación, cuando nazcan sus hijos -sus nietos- no vendrá a mostrárselos. Porque recordará lo que usted tramó y no querrá que sus hijos se enteren.
  A estas altura el padre no atina a nada, y así uno lo agarra. Lo mira directo a los ojos y le die: ¿No es más importante que ella aprenda a elacionarse con amor? ... ¿o debiera aprender a imitar la moral de cualquier hombre que pueda forazarla? Ese es el papel de los proxenetas.
   Prueben a sacarlo de ahí. No hay salida. No hay forma en que el cerebro pueda volver a hacer lo de antes. No podría actuar como un proxeneta. No importa que uno obligue a alguien a no hacer algo o a a hacerlo, o si uno lo obliga a hacer algo "bueno" o algo "malo". La manera como uno lo obliga le enseña a ser obligado de esa manera. 





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